Un canino Con Enfermedad Inflamatoria del Intestino Husky siberiano y una hernia hiatal

November 4

Un canino Con Enfermedad Inflamatoria del Intestino Husky siberiano y una hernia hiatal


Siberian Huskies son perros cariñosos suaves que por lo general viven hasta los 12-15 años de edad. Aunque son una raza generalmente sana, son susceptibles a la enfermedad de los ojos, trastornos convulsivos, el lupus, la displasia de cadera y dermatitis sensible de zinc. Desafortunadamente, los perros esquimales siberianos, al igual que otras razas, están contrayendo también problemas de salud como la enfermedad inflamatoria intestinal y hernias de hiato. Afortunadamente, los perros por lo general pueden llevar una vida normal y saludable si reciben el tratamiento.

Causas y Descripción

La enfermedad inflamatoria intestinal es una enfermedad genética que suele aparecer cuando un perro es de unos siete años. La enfermedad ocurre cuando el revestimiento del intestino del perro reacciona a una proteína y se inflama.

Aunque las hernias de hiato se heredan, pueden ser causados ​​por un trauma o dificultades respiratorias. Mientras que una hernia de hiato genética generalmente se desarrolla antes que el perro es un año de edad, una hernia adquirida puede ocurrir en cualquier momento. Cuando un perro tiene una hernia de hiato, parte del estómago sobresale a través de una abertura en el diafragma en el que el tubo de alimentación y el estómago se conectan. Las hernias de hiato también pueden formarse cuando parte del esófago entra en la cavidad torácica. Cuando esto ocurre, el reflujo gástrico entra en el esófago, que se inflama.

Los síntomas

Los principales síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal son recurrentes diarrea prolongada (que puede tomar la forma de heces blandas o un líquido que contiene sangre o mucosidad) y vómitos, que también puede contener sangre. Otros síntomas incluyen pérdida de peso, apatía, mala absorción de los alimentos, deshidratación, anemia y desnutrición.

Los síntomas de una hernia de hiato incluyen regurgitación, tos, rechazo a comer, pérdida de peso y vómitos. El perro también puede salivar más de lo habitual y tener dificultad para respirar.

Diagnóstico

Para confirmar que un perro tiene la enfermedad inflamatoria intestinal, el veterinario realizará una endoscopia y biopsia de sus intestinos. El tipo de célula inflamatoria encontrada en el revestimiento del intestino determina el tipo de enfermedad, la más común de las cuales es enterocolitis plasmacítica linfocítica.

Para determinar si el perro tiene una hernia hiatal, el veterinario puede ordenar rayos X, imágenes de rayos X o exámenes de contraste. También puede realizar una esofagoscopia, que implica el uso de un ámbito interno para determinar la inflamación. La esofagoscopia también puede mostrar el esófago que sobresale dentro del tórax.

Tratamiento

Una dieta hipoalergénica especial puede controlar la enfermedad inflamatoria intestinal. El propietario tendrá que probar diferentes comidas para encontrar uno que el perro puede tolerar, lo que garantiza que no contiene una proteína que el perro ha comido antes. El perro también puede necesitar antibióticos durante un tiempo para equilibrar el nivel de bacterias en sus intestinos. Los probióticos y / o fibra también pueden ser necesarios. Si estas medidas no tienen éxito, el veterinario puede prescribir un fármaco inmunosupresor - tal como un esteroide - para reducir la inflamación intestinal.

Si la hernia no es grave, el tratamiento puede incluir la simple introducción de comidas pequeñas y de bajo contenido graso, frecuentes en el perro. Sin embargo, si la abertura debe ser cerrada o está unido el estómago a la pared abdominal, el veterinario llevará a cabo la cirugía. También puede prescribir antibióticos si el perro desarrolla neumonía por aspiración, que puede ser el resultado de problemas respiratorios relacionados con la hernia. Además, el veterinario puede prescribir medicamentos para ayudar a la digestión y para sanar el esófago.

Cuidado a largo plazo

La enfermedad inflamatoria intestinal no puede ser curada. Por lo tanto, el perro probablemente tenga que permanecer en una dieta especial - incluyendo comidas y golosinas - para el resto de su vida. En algún momento, el perro puede ya no ser capaz de tolerar la dieta y los experimentos adicionales puede tener que realizarse para determinar un nuevo alimento que puede ser tolerada. Más allá de este cambio en la comida, el perro debe vivir una vida normal.

Si el perro se requiere la cirugía para la hernia, va a necesitar un tratamiento de mantenimiento posterior. Él tendrá que ser monitoreado cuidadosamente ya que algunos perros contrato de neumonía por aspiración después de la cirugía, la cual debe ser tratado inmediatamente. Por desgracia, algunos perros experimentarán síntomas de la hernia de nuevo, lo que significa que el propietario y veterinario tendrá que tomar una nueva mirada a las causas y determinar un curso de tratamiento ajustado.


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